De los dos sistemas más implantados en el control de presencia el sistema de tarjetas y el control mediante huella dactilar, es este segundo el que esta creciendo a gran velocidad
Debemos conocer que en la tecnología de huella dactilar existen dos tecnologías de sensores, los ópticos y los capacitivos
Los lectores ópticos utilizan la misma tecnología que una cámara digital, crea una imagen de la huella y captura los puntos biométricos de dicha imagen.
Los lectores con tecnología capacitiva utilizan una micro malla que al colocar el dedo, determinará por que puntos pasa corriente eléctrica y por cuales no, es decir que aprovecha la resistencia capacitiva que tiene nuestro dedo para que pase micro corriente eléctrica. Los puntos de los surcos de la huella que tocan crearán la imagen virtual de nuestra huella que será almacenada.
Ambos sistemas están ampliamente extendidos y la adopción de uno u otro depende de las condiciones de trabajo. Si tenemos un ambiente limpio el equipo óptico puede ser una buena solución. Si por el contrario tenemos un ambiente sucio, o donde utilicemos pinturas, grasa, partículas metálicas, minas, etc. entonces necesitamos un lector capacitivo.
La velocidad de lectura es sensiblemente superior en el lector óptico por lo que se suele utilizar en estos equipos la búsqueda de 1:N es decir que comparamos una huella con n huellas patrones. En el caso de los capacitivos la búsqueda suele ser 1:1 es decir que es necesario introducir el código de la huella a comparar o leer una tarjeta, esto hace que la búsqueda se realice en aproximadamente un segundo.
La principal ventaja de un sistema de control presencia biométrico es que refleja fielmente la presencia de los trabajadores en el lugar de trabajo.
Hay que tener en cuenta sin embargo algunas críticas al sistema de huella dactilar.
Un problema sobre el cual se ha llamado la atención es que algunas personas tienen una huella dactilar poco definida y ésta presenta problemas para que sea reconocida. Estadísticamente este problema puede afectar a un 1% de la población. Sin embargo la solución es sencilla y normalmente pasa por probar diferentes dedos. En caso de que ninguno funcione bien esas pocas personas deberían poder fichar de forma diferente: con tarjeta o código. Es decir el equipo biométrico debería ofrecer la posibilidad de emplear un método alternativo de identificación, algo que, por otra parte, es común hoy en día.
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